Yumi ha estado casada con un hombre que tiene un hijo propio durante tres meses. Tiene una buena relación con su marido, pero su relación con su hijo, Kazuki, no es buena. Entonces, cuando fui a un viaje a las aguas termales por sugerencia de mi esposo, el resultado fue que la distancia entre nosotros dos se hizo cada vez más distante. Sin embargo, Kazuki, que sentía que Yumi era una mujer, no pudo controlar sus deseos y se quedó dormido. Yumi se desmayó de dolor después de ser lanzada repetidamente por sus intensos y serios pistones. Su cuerpo ya no pudo resistir su polla ante el maravilloso coito que su marido nunca podría experimentar.